Una de las primeras entradas estuvo dedicada a los
retratos de El Fayum. Ahora continuar en Oriente Próximo y me voy a centrar en
las tumbas excavadas en la roca a las afueras de Jerusalén y Petra, poniendo
especial atención en la segunda ciudad.
A pesar de la cercanía de ambas regiones, existen
diferencias en la concepción de la muerte, lo que podemos apreciar desde un
punto de vista artístico y arqueológico. En Jerusalén es frecuente la presencia
de un marcador separado del resto de la tumba, directamente excavada en la
roca. Esto lo podemos ver, por ejemplo, en el monumento turriforme de la tumba
de Absalón.
En cuanto a la decoración de estas tumbas, vemos
elementos típicamente clásicos configurados de una manera singular. Destacan
los órdenes clásicos, ciertas formas, así como los motivos florales, como hojas
de acanto, ramas de olivo, uvas, guirnaldas, etc. En la Judea romana el ritual
funerario asimiló los cánones semitas, pues predominó la inhumación (hay
sarcófagos) y no existen motivos figurativos puesto que están prohibidos en el
hebraísmo.
Mucho más notables son las tumbas de Petra, y más
concretamente los complejos con fachada excavados en la arenisca. Estos no
tienen marcadores independientes, puesto que constituyen un marcador
territorial en sí mismos. En cuanto a las fachadas, estas combinan las
tradiciones nabatea, egipcia, mesopotámica y clásica. La última pudo haber
surgido en el siglo I a.C., antes de la conquista romana, puesto que los reyes
nabateos habían desarrollado un gusto por lo helenístico. En cualquier caso, la
datación de las tumbas clásicas es difícil, debido a los saqueos y
reutilizaciones, así como a la ausencia casi total de epigrafía.
Sin lugar a dudas, la tumba más impresionante de
Petra es Khazné, cuya celebridad se debe también por aparecer en la saga
cinematográfica de Indiana Jones. En principio, esta sería la más antigua de
las tumbas clásicas, por lo que habría establecido el modelo para
construcciones similares posteriores. La fachada tiene dos pisos columnados; en
el primero, hay un pórtico abierto con seis columnas de orden corintio, dos de
las cuales no están apoyadas sobre la roca. En la parte superior hay un friso
con roleos florales y parejas de glifos enfrentados. En el centro del frontón,
hay un busto flanqueado por motivos florales. En el piso superior, hay un podio
con un tholos o pabellón circular con
techo cónico cuyas columnas son también corintias. En él encontramos la figura
central de una diosa sosteniendo una cornucopia,
como símbolo de prosperidad en el Más Allá. A los lados de la misma, hay
amazonas con hachas de guerra y Victorias. Las primeras estarían protegiendo a
los difuntos, mientras que las segundas representan el triunfo de las almas
frente a la muerte.
No hay duda de que los elementos que componen
estas fachadas son clásicos, pero una vez más su configuración es inusual. De
hecho, no existe un edificio con dos pisos de columnas con tholos, lo más parecido son los scaenarum
frontes de los teatros, así como algunas pinturas murales de Campania como
las de la villa romana de Oplontis. Todavía hoy se discute de qué manera han
llegado estas influencias a la parte oriental del Imperio.
En cuanto al interior, estas tumbas normalmente
constaban de una gran cámara central cuadrada, a la que se incorporaban loculi o arcosolia en las paredes. Aquí se depositaban los cadáveres, así
como en inhumaciones bajo el suelo. Hemos podido constatar que los complejos
están asociados al territorio circundante desde el punto de vista de la
propiedad, convirtiéndose en algo parecido a los temenoi. Existía un interés especial por proteger a los difuntos,
lo cual es visible en las figuras guardianas de las fachadas, así como en el
uso de varias capas de mortero sobre las sepulturas. No cabe duda de que aquí
se enterraba la gente poderosa, pero tampoco sabemos gran cosa de los
propietarios, que pudieron ser miembros de la élite nabatea u oficiales
romanos.
El componente ritual de las tumbas de Petra,
entendido como interacción entre la vida y la muerte, tiene una significación
especial. Sabemos que la mayor parte de la actividad ritual se realizaba en el
espacio exterior adyacente a las tumbas. Las más grandes presentaban pórticos,
jardines, muros, triclinia, cámaras e incluso sistemas hidráulicos. El agua
jugaba un papel fundamental en una región tan árida, ya fuera desde el punto de
vista de la purificación ritual o como fuente de agua potable para los
asistentes a los banquetes funerarios. Evidencias de los mismos las dan los
restos de altares, cerámica, incienso, etc.
Dentro de las tumbas hay, además, triclinia con inhumaciones, lo que nos
lleva a pensar que el banquete funerario se produjo literalmente en presencia
de los difuntos. Esto refleja que el límite entre el mundo de los vivos y los
muertos era mucho más difuso en Petra que en la vecina Jerusalén. Las tumbas de
Petra son monumentos que nos siguen cautivando en la actualidad no sólo por su
belleza, sino por el halo de misterio que las envuelve.
Alberto de Virgilio
![]() |
Tumba de Absalom (Jerusalén) |
![]() |
Tumba de Khazné |
![]() |
Dibujo de Khazné |
![]() |
Pintura mural de una villa campana (reconstrucción), con tholos en el segundo piso |
BIBLIOGRAFÍA:
- TOYNBEE, J., Death and burial in the Roman World, London: Thames & Hudson, 1971
- WADESON, L. (2011), “Nabataean Tomb Complexes at Petra: New Insights in the Light of Recent Fieldwork”, (Ed. A. Mackay). ASCS Proceedings, pp.1-24
Comentarios
Publicar un comentario