A lo largo de la realización de este blog, hemos compartido numerosos y diversos casos de como los ciudadanos de la antigua Roma utilizaron diferentes expresiones artísticas para acompañar a sus difuntos, pero no os hemos explicado las características del contexto en el que estas expresiones eran realizadas. Por eso, los miembros del blog hemos considerado apropiado dedicar una entrada al ritual funerario romano, para favorecer una mejor comprensión del paisaje funerario en el que encontramos los ejemplos tratados en las entradas anteriores.
El tipo de ritual llevado a cabo por los romanos fue el de la cremación (no confundir con incineración) del difunto sobre una pira funeraria. Una vez apagado el fuego, las cenizas y restos óseos eran recogidos y depositados en una urna, la cual podía ser colocada en una fosa excavada en el lugar donde antes había estado en la pira o podía ser colocada en un nicho de un columbario. Para los que no recordéis que era un columbario, podéis encontrar más información en la entrada del día 23 de Octubre. Como también vimos en la primera entrada sobre los sarcófagos, dicho ritual de cremación fue siendo sustituido paulatinamente por el ritual de inhumación a partir del siglo II d.C. en relación a la adopción del cristianismo por parte de la población del Imperio.
Como algunos sabrán, los romanos eran gente muy supersticiosa y también creían en la existencia del alma, por lo que la práctica del duelo y toda la ceremonia previa a la cremación o inhumación del difunto, se llevó a cabo siguiendo una pautas muy rigurosas a lo largo de todo el periodo por miedo a que el espíritu del difunto volviera a atormentar a la familia.
Para no cargar mucho de información la entrada, trataré de sintetizar lo mejor posible todo el proceso previo a la cremación, pero dejaré una serie de links al final de esta para aquellos que quieran ampliar la información.
El duelo al difunto comenzaba una vez moría este en su casa rodeado por su familia, y el primer paso a seguir era el eflare animum, según el cual, la persona heredera del difunto debía besarle como si estuviera absorbiendo su último aliento, símbolo del alma del difunto. Acto seguido se le cerraban los ojos. El siguiente paso era la conclamatio, momento en el que la familia llamaba al difunto repetidas veces para comprobar si estaba muerto, tras el cual, se procedía a la preparación del cadáver, el cual era lavado y envuelto con ungüentos y perfumes, y se le vestía con una toga. Una vez preparado el cadáver, se le colocaba sobre el lecho fúnebre que daba paso al velatorio del mismo, el cual podía durar varios días.
Relieve que muestra una escena en la que se esta realizando la conclamatio.
Finalizado ya el periodo del velatorio, se procedía a la pompa funebris, según la cual, el muerto era trasladado de noche fuera de la ciudad (fuera del pomerium), acompañado por un séquito formado por los parientes, y según el grado de riqueza de la familia podía incluir plañideras, sirvientes o músicos. Cuando finalmente llegaba el cortejo fúnebre al lugar donde se realizará la práctica funeraria, se deposita al difunto sobre este, pero la práctica funeraria no se realizará inmediatamente, sino que se arrojaba tierra sobre el difunto según fuera cremación o inhumación, ya que si era cremación, se procedía a cortar una extremidad del difunto, generalmente un dedo. Finalmente, se procedía a encender la pira, tras la que se recogían los restos de la cremación, pero el ritual no termina una vez se deposita la urna con las cenizas.
Escena en que se observa la procesión del difunto.
Como ya dije, los romanos también creían en el alma, la cual habitaba la tumba del difunto, por lo que en los siguientes días se realizaban una serie de ritos y ofrendas en honor al difunto que finalizaba con la celebración del banquete fúnebre, en el cual se sacrificaba una cerda. Todo esto se realizaba con la finalidad de que el alma del difunto lograse llegar a formar parte de los dioses protectores de la familia, los dioses lares.
Espero que esta entrada sirva a nuestros lectores para aumentar sus conocimientos sobre el mundo funerario romano, pero repito que a continuación facilito un par de links que puedan aportar más información.
Pablo Criado Jiménez
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