Con
esta nueva entrada vengo a hablaros de las denominadas casas-tumba o
tumbas-casa (en esencia mausoleos) del Imperio medio, un ejemplo muy curioso
bajo mi punto de vista y de gran interés a la hora de hablar de monumentos
funerarios en la antigua Roma. Continuando un poco con la tónica de mi
compañero, quien en su última entrada trató algunos ejemplos de la pintura
etrusca, me gustaría, de igual manera, centrarme en las espléndidas
representaciones gráficas que podemos encontrar en algunos de estos ejemplos de
arquitectura funeraria, a pesar de la belleza de los estucados y esculturas que
también encontramos aquí, como por ejemplo en las tumbas de los Valerii y en la de los Pancratii, situadas ambas en la Via Latina, siendo estas unas de las
mejores conservadas. No obstante, también nombraré otros ejemplos curiosos
situados en otros puntos que destacan, de igual manera, por sus pinturas y
decoraciones.
Para
comenzar, sería conveniente antes que nada realizar una foto mental de cómo serían
este tipo de lugares para comprender mejor el por qué de cada decoración y de
cada piso. Como hemos venido diciendo hasta ahora (véase la entrada sobre los
jardines funerarios) los romanos participaban en los rituales asociados a la
muerte muy activamente. No voy a entrar en cada aspecto del rito en esta
entrada, pero de todo ello podríamos concluir que se trataba de una sociedad
muy supersticiosa, por lo que las familias con mayor poder adquisitivo hacían
todo lo posible por facilitar la estancia y el paso del expirado al “otro lado”
y mostrar su poder incluso después de haber éste fallecido. De ahí la
monumentalidad de los elementos funerarios nombrados hasta el momento en este
blog.
Sin
más dilación y tras esta breve explicación del contexto ideológico que
realmente nunca podremos llegar a conocer con plena certeza, me dispondré a
hablar de estos mausoleos. En primer
lugar, cabe aclarar que debido a la diversidad de modelos y formas que estos
adquirieron no podemos realizar una descripción generalizada completamente
correcta, no obstante sí podemos reunir una serie de características comunes a
todas ellas: datan aproximadamente del siglo II d.C, todas poseen, como la
mayoría de los mausoleos, una cámara funeraria donde depositaban las cenizas
del difunto y uno o dos pisos situados sobre ésta empleados para uso doméstico,
incluso se ha documentado en algunas la presencia de comedores y cocinas
utilizados para las reuniones tanto de la familia como de estos “clubs” en los
que se pagaba una cuota para asegurarse un enterramiento que ya nombramos en la
entrada sobre los columbarios. Los exteriores de los mismos varían mucho
dependiendo del ejemplo que tratemos, en el caso de los de la Via Latina, a pesar de haber
desaparecido en concreto la parte superior de los dos nombrados anteriormente,
se puede suponer, por los ejemplos que quedan en pie a su alrededor, que se
trataba de estructuras bastante austeras en comparación con los trabajados
interiores de la cámara funeraria, realizadas con ladrillo monocromo empleando
en sus muros opus testaceum y en su
base opus reticulatum. No obstante,
sí que nos constan otros ejemplos en los que se ha buscado crear un efecto más
teatral mediante el uso de ladrillos de diferentes colores y molduras exteriores
en forma de arcadas o espadañas rematadas en esculturas como es el ejemplo
del denominado “Templo de Deus Redicolus”,
del que podríamos decir se busca ensalzar el poder y el statu quo del que el
fallecido gozó en vida.
No
obstante, como ya hemos aclarado, lo más sorprendente de estos ejemplos de arte
funerario son las pinturas, molduras y esculturas que decoran sus interiores,
sobre todo las pinturas. En el caso concreto de la tumba de los Valerii, de la época de los Antoninos, destacan
las imágenes y estucos de deidades (Minerva, Isis, Apolo, Júputer…), mitología,
guirnaldas y animales, al igual que en la de los Pancratii. Como ya he señalado, la decoración era muy diversa
dependiendo de la persona que estaba allí enterrada, es por ello que también me
ha parecido muy interesante el ejemplo de la denominada Tumba de los Egipcios
de la necrópolis situada bajo la iglesia de San Pedro del Vaticano, en el que
aparecen representadas las imágenes de dioses egipcios sujetando atributos y
vistiendo trajes nacionales.
Por
todo lo anteriormente descrito podemos comprobar, una vez más, la importancia
que los romanos le profesaban al rito de la muerte y la importancia del simbolismo
tanto en el interior como en el exterior de las construcciones en las que éstos
descansarían para el resto de la eternidad.
Andrea Lomillos Guardia
Pinturas y estucos de la tumba de los Valerii, Via Latina
Tumba-casa en Via Latina
Necrópolis de Portus en Isola Sacra
Bibliografía:
- CONDE GUERRI, E., "La psyque de la tumba de los Valerii y el poema de Hadriano" en Gerión, nº extra 1, 1988, pp. 55-68
- TOYNBEE, J., Death and burial in the Roman World, London: Thames & Hudson, 1971.
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