Hoy vengo a hablaros de la pintura paleocristiana, que está relacionada de manera intrínseca con el mundo funerario. El arte paleocristiano tiene orígenes clandestinos, que abarcan desde la introducción del cristianismo en el Imperio Romano -pasando por las grandes persecuciones inauguradas por Nerón en el 64 d.C.- hasta la promulgación del Edicto de Milán en el 313, en el que Constantino estableció la libertad de culto.

Un proceso paralelo y no menos importante es la transición de la cremación a la inhumación ya dentro del rito fúnebre pagano desde el siglo II. En el mundo cristiano, además, existía una voluntad de conservar el cuerpo para la resurrección y el Juicio Final. Esto llevó a la expansión de las catacumbas, donde se concentra la inmensa mayoría de la pintura.

El arte paleocristiano se caracteriza por una regresión del estilo y los temas clásicos, así como por una atención mayor a la simbología y al misticismo. Los pintores eran conscientes de la desconfianza por parte de los padres de la Iglesia hacia la forma, y por ello no se preocupaban tanto por las apariencias sino por el mensaje. Los colores van a jugar un papel simple: se desnuda el fondo, y las formas se recortan sobre fondos neutros. Las siluetas y los volúmenes pasan a tener colores vivos, y los personajes adquieren un aire más bien naturalista.

No obstante, no se produce una ruptura total con la tradición anterior; muchos temas serán readaptados a las nuevas circunstancias, por la necesidad de la Iglesia de conciliar la sociedad antigua con los cánones cristianos. De esta manera, se representan en las catacumbas hechos mitológicos librados del cariz pagano, y mitos como el de Orfeo o Amor y Psique serán recurrentes. En este último, por ejemplo, los cristianos se identifican con el sufrimiento y la recompensa final a quienes viven de acuerdo con las enseñanzas de Jesucristo.

Poco a poco, y sobre todo a partir de los siglos III y IV, se irán añadiendo a la iconografía símbolos más explícitamente cristianos, como por ejemplo el tema del Buen Pastor. Lo que más predomina, sin embargo, son ambientes elíseos y escenas cotidianas. La vida no es el final del camino para un cristiano, y por ello la muerte no tiene un carácter tan dramático. Así pues, asociados a las sepulturas encontramos representados trabajos en el campo, paisajes bucólicos, banquetes, etc., todo ello complementado con típicas alegorías romanas como aves, espigas, guirnaldas, flores o ciclos estacionales.

Algunas escenas tienen una doble interpretación, como la que os dejo en el anexo. En ella, aparece una mujer orante en el medio, un anciano con una pareja joven a la izquierda y una mujer sentada con un niño en brazos a la derecha. Esto se ha interpretado como la consagración y la maternidad de la Virgen, o bien como la difunta representada en su juventud y maternidad a cada lado.

Las escenas de banquetes parecen unir milagros como la multiplicación de los panes, la partición del pan y la eucaristía. También reflejan el ágape fúnebre, un banquete-ritual aceptado por la Iglesia y practicado hasta el siglo V que unía vivos y muertos, con los primeros conmemorando a los segundos.

En definitiva, el arte paleocristiano nos conmociona por la sencillez de su estética, así como por representar el espíritu de una minoría que estaba luchando por su fe contra el orden establecido.

Alberto de Virgilio

Figura orante en el cubículo de la Velatio (catacumbas de Priscila, Roma)

Ágape fúnebre (cat. de los Santos Marcelino y Pedro, Roma)

BIBLIOGRAFÍA

  •  GASSIOT-TALABOT, G., Pintura romana y paleocristiana, Madrid: Aguilar, 1968
  •  CRIPPA, M.A. et al.El arte paleocristiano: Visión y espacio de los orígenes a Bizancio, Barcelona: Lunwerg, 1998

Comentarios

  1. Muchas gracias por esta entrada! Su lectura permite superar el estatismo del término "arte Paleocristiano" (que da a entender este arte como un todo aislado y cerrado) para pasar a entenderlo como algo vivo, que nace de un estadio anterior del que es heredero y que evoluciona y se transforma para constituir una nueva forma de expresión, más simbólica y profunda.

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    1. Te agradezco mucho la lectura y el comentario; sin duda es interesante ver cómo este tipo de arte se desarrolla en un momento tan crucial como es la aparición y difusión del Cristianismo en Occidente. ¡Hasta la próxima entrada!

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